DOS CIELOS MADRID BY HERMANOS TORRES
Vaya por delante que no me considero un gran seguidor de la cocina de los hermanos Torres. Pero he de reconocer que acudir a su restaurante ha sido una de las experiencias culinarias más sorprendentes que he experimentado últimamente. Y no sólo por la excelente cocina que pude degustar, sino porque su ubicación dentro del espectacular hotel Gran Meliá Palacio de los Duques y el impresionante patio que hay que atravesar para llegar al restaurante, merecen por sí sólo una visita.
El restaurante se erige dentro de unas antiguas caballerizas totalmente restauradas con más de dos siglos de antigüedad. Consta de dos espacios diferenciados. El primero es el salón principal que se encuentra en la planta baja. Se trata de un amplio espacio totalmente diáfano y con grandes ventanales que ofrecen una iluminación natural la cual aporta mucha calidez. En el suelo podemos apreciar a través de cristales restos arqueológicos de las caballerizas anteriormente comentadas. El segundo espacio está en la planta superior y consta de un salón privado mucho más pequeño para unos 20 comensales. La decoración de ambos es moderna y equilibrada, con elementos muy sencillos que hacen que la estancia sea muy acogedora. El mobiliario es casual, algo que combina perfectamente con el ladrillo visto restaurado de las paredes y el suelo y techo de madera color beige claro.
Pero vayamos a las cosas del comer. La cocina de los Torres tiene un marcado carácter tradicional como así lo demuestra la carta que ofrece el restaurante. Basada siempre en unos fondos limpios y con gran sabor, logrados a base de horas y horas de cocción con productos de primerísima calidad. Y esto debemos tenerlo en cuenta a la hora de acudir a su restaurante, ya que aunque su alta cocina (porque para mí si es alta cocina) parte siempre de esta premisa y esto se nota en los sabores y presentaciones, hay que decir que quien espere grandes shows culinarios con sabores imposibles y vanguardia por los cuatro costados se equivocará de sitio. Lo cierto es que el comienzo no fue demasiado esperanzador, con 2 pequeños aperitivos de la casa para abrir boca que resultaron ser bastante planos en cuanto a sabor. Sin embargo, a partir de los primeros platos el nivel se elevó ostensiblemente.
El arroz meloso de pescado con salicornia, pulpo seco y caviar de coliflor es, simplemente, perfecto. Se trata un plato que tiene una gran potencia otorgada por la excelente base del fumet y, sobre todo, por la salicornia. Pero a su vez es equilibrado y ligero gracias a los matices que le aportan el pulpo seco y el caviar de coliflor. Aquí me gustaría hacer un pequeño inciso sobre el caviar de coliflor y el cuidado que hay que tener al describir los platos que ofreces para que no haya malas interpretaciones. Si uno lee “caviar de coliflor” inmediatamente se le vienen a la cabeza pequeñas esferas a modo de huevas que explotarán en tu boca una vez introducidas en ella y para cuya elaboración se habrán utilizado técnicas de cocina molecular. Pero en este caso, la coliflor ha sido rallada en crudo con un rayador muy fino produciéndose un efecto de textura más similar al cous cous. Dicho esto, no dejéis de pedirlo.
Otro de los platos que no se puede dejar de probar para entender la cocina de los hermanos Torres es el Canelón de la abuela Catalina con crujiente de parmesano. Exquisita representación de la cocina tradicional catalana, aromatizada con los matices que le aporta el sabor a trufa la cual actúa para potenciar aún más si cabe el excelente sabor del relleno del canelón.
A destacar también el Pez San Pedro “meuniêre” con perlas de chirivía. Es cierto que el pescado estaba un punto seco, pero la “meuniêre” era inmejorable, alcanzando un equilibrio entre el cítrico y la mantequilla muy sobresaliente. Todo ello acompañado de la chirivía, cuyo ligero sabor anisado hace que el plato sea muy redondo y armónico.
En cualquier caso, no puedo dejar de recomendaros otras opciones que seguro también os gustarán como son los Guisantes lágrima, jamón y panceta ibérica (otro clásico de la pareja); Raviolis de foie-gras, castañas, tomates secos y aceitunas de Kalamata; Callos de bacalao con tabellas, tendones y setas de primavera o Jarrete de ternera lacado, crema de raíces y espardeñas.
Y para ir terminando, no podíamos dejar de hacer referencia a los postres. En primer lugar, he de decir que tener únicamente 3 opciones en un restaurante de este nivel me parece una oferta algo escasa. Eso sí, a cada cual mejor. Yo me decantaré por recomendaros África, un postre para los amantes del chocolate, ofrecido en varias texturas que no defraudará a los más golosos. Pero ¡¡cuidado!! porque si todavía no habéis tenido suficiente chocolate, para acabar os ofrecerán un bombón sencillamente exquisito.
En resumen, un lugar ideal para daros un capricho, con un servicio excelente y donde podréis recordar sabores de toda la vida de un modo distinto.
Pd: si vais en verano a cenar, no dejéis de tomaros una copa en el patio (eso sí, olvidaros de los precios populares)
Pd 2: como curiosidad, fijaros como os saludará todo el personal tanto del hotel como del restaurante.
Precio medio: 45€ (obteniendo descuentos en El Tenedor), 55€ precio carta sin descuento, 75€ menú degustación.
Me encanta sólo de leerte. No conocía esta joya de Hotel en pleno centro, está claro que cuanto antes tengo que dejar las afueras y pasear mucho más por nuestro maravilloso Madrid. Mil gracias David por tu maravillosa descripción. Apetece todo, incluso la coliflor, (que ahora que no me leen mis niños, nunca pude con ella), tendré que probarla en caviar. Muy, muy, muy, apetecible, pintón!!!!
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Hola Marisa, me alegro mucho que te haya gustado. La verdad es que Madrid tiene un montón de rincones sorprendentes por descubrir. En cuanto a la coliflor…ya tengo claro que si me llamas algún día la Corvina con coliflor en texturas no me la vas a pedir (jajaja).
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Hola David. Me ha encantado la descripción de un rincón sorprendente que guarda una elegancia que has definido certeramente: diseño, trato y sobre todo carta.
Sí se une a una buena compañía…es una experiencia inolvidable.
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